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miércoles, 5 de enero de 2011

La bomba atómica de Hitler

Los historiadores han argumentado durante décadas sobre el grado de compromiso de la Alemania nazi con un proyecto dirigido a crear una bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial. La teoría aceptada concluye que los esfuerzos alemanes fueron muy inferiores a los de los aliados. Sin embargo, en un polémico libro publicado en el 2005, el historiador Rainer Karlsch hizo una afirmación sorprendente:

“…El 4 de marzo de 1945, Clara Werner estaba de pie en una colina en Turingia, Alemania. No muy lejos estaba la base de entrenamiento militar cerca del pueblo de Ohrdruf. Inesperadamente se produjo un destello de luz. "De repente vi algo...fue tan brillante como cientos de relámpagos, rojo por dentro y amarillo por fuera, tan brillante que podría haber leído el periódico. Todo sucedió tan rápido. Entonces no podía ver nada en absoluto. Nos percatamos de que  había un viento muy fuerte..."

En los días que siguieron Werner sufrió de hemorragias nasales, dolores de cabeza y presión en sus oídos. ¿Había sido ella testigo de la prueba de un arma nuclear por científicos y militares nazis?; ¿Qué tan cerca estuvo Hitler de disponer de una bomba atómica?

En 1938, dos alemanes, Otto Hahn y Fritz Strassmann, quienes  trabajaban en el Instituto Kaiser Wilhelm de Berlín, descubrieron que cuando se bombardea con neutrones el uranio se pueden dividir los núcleos de los átomos de uranio en dos partes, liberando energía y más neutrones. Este proceso se conoce como fisión. A partir de esto fue evidente para los científicos de todo el mundo que era posible crear reacciones de fisión en cadena con gran potencial de producir  energía. Una reacción en cadena controlada podría ser utilizada para fines constructivos, como la fabricación de calor, que podría ser utilizado para producir electricidad. Por otra parte, una reacción en cadena sin control sería un arma de poder incalculable.
Kurt Diebner

En la medida en que la Segunda Guerra Mundial apareció en el horizonte, los científicos en los Estados Unidos, Alemania y otras naciones se acercaron a sus gobiernos, advirtiéndoles de estos acontecimientos. En esa época, el nivel de conocimiento e investigación científica en cada país estaba más o menos a la par. Siendo ese el caso, ¿Cómo es que Estados Unidos y sus aliados llegaron a desarrollar la bomba atómica y Alemania no?

Varias teorías para explicar la falta de éxito alemán surgieron después de la guerra. Samuel Goudsmit, un miembro de la misión de inteligencia científica aliada que investigó los avances alemanes dirigidos a conseguir la bomba, llegó a la conclusión de que los científicos alemanes que trabajaron en el proyecto simplemente no tenían los conocimientos necesarios para construir un arma de ese tipo. En otras palabras, Goudsmit concluyó que estos científicos, reclutados por el gobierno nazi para trabajar en el proyecto, eran simplemente incompetentes.

La opinión de Goudsmit pudo tener algún apoyo en ciertas grabaciones realizadas en 1945. Después de la rendición de Alemania, los físicos alemanes que participaron en la investigación de uranio fueron detenidos y recluidos en Farm Hall, Inglaterra. Sus conversaciones fueron grabadas en secreto con la esperanza de verificar el nivel de la investigación atómica nazi. De gran interés para los británicos fue la reacción de los científicos en respuesta a la noticia de que los aliados habían utilizado una bomba atómica contra Hiroshima. Werner Heisenberg, jefe del programa alemán en el Instituto Kaiser Wilhelm, se sorprendió inicialmente con el éxito del programa aliado. De inmediato abordó la cuestión de la cantidad de uranio 235 (el único isótopo de uranio que funciona como un explosivo nuclear) que sería necesario para construir una bomba y especuló que la cifra sería más de una tonelada, siendo este estimado uno demasiado alto. Es a partir de este error que muchos expertos han formado la opinión de que Heisenberg no entendía cómo una bomba atómica funcionaba. Sin embargo, Heisenberg corrigió su estimado en unos pocos días. Los comentarios de Otto Hahn, que fue otro científico internado en Farm Hall, sugieren que Heisenberg había logrado los cálculos correctos de vuelta en Alemania. ¿Existe la posibilidad de que estaba ocultando información bajo el conocimiento de que él y los otros científicos estaban bajo vigilancia?
Luigi Romersa

Como prueba adicional de la falta de entendimiento alemán, Goudsmit argumentó que los alemanes no conocían que el plutonio era un elemento que también podría ser utilizado como combustible para una bomba. Documentos recientemente encontrados en los archivos rusos, sin embargo, muestran claramente que esta idea es falsa. En 1941, Von Weizsäcker, un colega de Heisenberg, escribió acerca del plutonio en una solicitud de patente: "…en lo que se refiere a la energía por unidad de peso, este explosivo (plutonio) sería alrededor de diez millones de veces mayor que cualquier otro explosivo existente y comparable sólo al uranio 235 puro."

Otra teoría popular es que Heisenberg realmente había saboteado el programa de la bomba atómica alemana porque no quería que Hitler ganara la guerra. Esta idea fue originalmente presentada en un libro publicado en 1958 por Robert Jungk titulado: “Llama más brillante que mil soles: Una historia personal de los científicos atómicos.” Heisenberg no hizo nada para controvertir la teoría de Jungk y más tarde dio a entender que en una ya famosa reunión efectuada en 1941 con su antiguo mentor, Niels Bohr, había sugerido que estaba dispuesto a participar en un acuerdo entre todos los físicos para negarse a cooperar con los gobiernos en la creación de estas nuevas armas de gran alcance. Esta afirmación surge del libro de Thomas Power titulado: “Guerra de Heisenberg” y de la obra “Copenhague” de Michael Frayn. Niels Bohr nunca habló públicamente de la reunión, pero documentos encontrados después de su muerte cuentan una historia diferente; Heisenberg estaba dispuesto a trabajar con los nazis y Bohr quería unirse a él.
Diagrama de una bomba atómica
realizado por un científico
alemán desconocido

La verdadera razón para que el esfuerzo alemán no tuviera éxito, sin embargo, probablemente no tenía nada que ver ni con una conspiración de los científicos para retener el arma o al error de cálculo de Heisenberg en la construcción de la bomba. A principios de 1942, el Ejército alemán completó un informe que situaba a los programas de armas en cierto orden de prioridad de acuerdo a su potencial. Con base en la información disponible en ese momento, parecía poco probable que una bomba nuclear podía desarrollarse en menos de dos años. La creencia alemana de que la guerra terminaría en dos años motivó al Ejército a invertir sólo en programas de armas que se completarían dentro de ese período.

No se sabe si Heisenberg fue el que estimó ese término de dos años, pero el mismo parece ser científicamente correcto y coherente con las predicciones hechas por los científicos aliados. Los aliados, sin embargo, les preocupaba la posibilidad de que la guerra pudiera durar mucho más de dos años, y que los alemanes podían ser capaces de producir sus propias armas nucleares. Por ello dedicaron una gran inversión a la construcción de tal dispositivo. Irónicamente, y desconocido para los aliados, el programa alemán había sido puesto en un segundo plano y no era una amenaza real.
Base militar alemana en Ohrdruf

Incluso, aún si el Tercer Reich hubiera decidido construir una bomba atómica, existe la posibilidad de que los medios y recursos alemanes de la época no fueran suficientes. El Proyecto Manhattan fue un enorme esfuerzo industrial, en adición a un gran avance científico. El proyecto costó el equivalente a treinta mil millones de dólares actuales y empleó a 125,000 personas. Grandes cantidades de maquinaria pesada y una gran cantidad de fábricas se necesitaron para generar el uranio 235 y el plutonio en cantidades suficientes para ser utilizados como explosivos. Alemania ya no tenía la capacidad industrial para sustentar dicha empresa en los últimos años de la guerra.

Incluso, si los alemanes lo hubieran intentado habrían encontrado sus fábricas expuestas a constantes ataques de los bombardeos aliados. Los aliados, por el contrario, construyeron las instalaciones del proyecto en el corazón de América del Norte, en lugares como Nuevo México y Tennessee, lejos de la interferencia de las potencias del Eje. Así, parece que los alemanes tenían muy poca oportunidad de desarrollar una bomba atómica durante la guerra, por lo que ni siquiera estuvieron cerca… ¿O es equivocada esta afirmación?

El historiador alemán Rainer Karlsch, pensando en estos temas, escribió: "Sería imprudente de hecho concluir que ya todo está dicho. La bomba atómica alemana es como un zombie, justo cuando pensamos que sabemos lo que pasó, cómo y por qué, se levanta de entre los muertos." Karlsch es precisamente la persona que resucitó el más reciente zombie con su libro: “Bombe de Hitler”, publicado en el 2005. El libro presenta pruebas de que un segundo equipo de científicos bajo la dirección del físico del Ejército Kurt Diebner estaba mucho más orientado hacia un programa de armas que el grupo de Heisenberg, por lo que tuvo más éxito. Karlsch sostiene que este grupo fue el diseñador de una bomba que utilizaba tanto la fisión como la fusión nuclear para liberar energía, al igual que la bomba de hidrógeno.
Werner Heisenberg

La obra afirma además que este tipo de dispositivo fue probado en tres ocasiones, poco antes del final de la Segunda Guerra Mundial. Una de las pruebas se produjo en la isla alemana de Rügen, en el otoño de 1944 y dos más en el estado oriental de Turingia, en marzo de 1945. A pesar de que Karlsch no afirma que las pruebas fueron un éxito completo, reconoce que 700 personas (principalmente prisioneros) murieron en las explosiones.

Después de la publicación de su libro, Karlsch también encontró porciones de un documento escrito justo después de la Segunda Guerra Mundial por un científico alemán desconocido. Un diagrama que se encuentran en estas notas muestra un dibujo de un artefacto nuclear muy similar al que Karlsch piensa que fue probado. Los físicos que han examinado el diagrama no creen que en realidad habría sido capaz de funcionar, pero Karlsch sostiene que el éxito de las armas no es el punto más importante. Lo que es importante, escribe en un artículo en PhysicsWeb con Mark Walker como co autor, es “la revelación de que un pequeño grupo de científicos que trabajaban desesperadamente en los últimos meses de la guerra estaban tratando de crear este tipo de arma."

Otra pieza de evidencia recopilada por Karlsch es un informe escrito por espías soviéticos. El informe advierte al líder soviético, Stalin, que los alemanes habían detonado dos grandes explosiones en Turingia. Según el informe, estas bombas probablemente contenían uranio 235 y produjeron un efecto altamente radiactivo. El informe continúa diciendo que los prisioneros de guerra ubicados experimentalmente en el lugar fueron asesinados, y en muchos casos, sus cuerpos fueron completamente destruidos.

Adicionalmente, Karlsch asegura haber encontrado evidencia de que cerca de Berlín se operó un reactor nuclear por varios días o semanas durante los últimos meses de la guerra.
Libro de Rainer Karlsch

En apoyo de las afirmaciones de Karlsch se han citado las declaraciones del periodista Luigi Romersa. En su libro "El arma secreta de Hitler”, Romersa alega que es el último testigo vivo de una detonación experimental de la primera bomba atómica del mundo. 

Según Romersa, Benito Mussolini le confió una misión secreta en septiembre de 1944 como parte de la cual fue enviado como un corresponsal de guerra de 27 años de edad a Alemania, para ser testigo de las armas secretas que estaban siendo desarrolladas por los nazis.

El 12 de octubre, Romersa fue llevado a la isla de Rügen, donde vio la detonación de lo que sus anfitriones llamaron una "bomba de desintegración". Según su relato, lo llevaron a un bunker bajo tierra en donde le entregaron unas gafas especiales. Cuando la bomba detonó hubo un destello de luz tan brillante que penetró las gafas e iluminó la habitación. Se le dijo que no podía abandonar el búnker por varias horas debido a los efectos de la explosión.

Cuando salió del búnker pudo ver la devastación a una milla de distancia. Los árboles se habían convertido en polvo y unas ovejas habían sido reducidas a cenizas. Romersa luego regresó a Italia para notificar sus observaciones a Mussolini.
Rainer Karlsch

Los críticos de la labor Karlsch citan inconsistencias en su teoría. Por ejemplo, la bomba soviética descrita en el informe no es realmente un arma nuclear, ya que no utiliza material radiactivo para alimentar la explosión. Era, lo que se llamaría hoy en día, una "bomba sucia", que no es otra cosa que un arma convencional mezclada con material radiactivo peligroso diseñada para envenenar los alrededores. Esto no encaja con la descripción hecha por Clara Werner de la prueba en Turingia, que suena más a una verdadera explosión atómica. Casi todas las partes están de acuerdo, sin embargo, que Alemania en ese momento no tenía ni el uranio 235 ni el plutonio necesario para fabricar una bomba atómica que produjera una bola de fuego de esa magnitud.

En febrero de 2006, los científicos del Physikalisch-Technische Bundesanstalt en Alemania viajaron a Turingia y tomaron muestras de suelo para ver si podían identificar evidencia de cualquier tipo de explosión nuclear. Su informe no reveló niveles anormales de radiación que fueran distintos a los producidos como consecuencia del accidente del reactor de Chernobyl de Rusia en 1986. Sin embargo, el informe destaca que las pruebas no refutan la existencia de una explosión atómica en ese lugar. Simplemente muestran que no hay pruebas en el suelo para apoyar tal afirmación.

Incluso, aún si se duda de la teoría de Karlsch, hay un ámbito en el que debemos estar de acuerdo con él: no hemos escuchado la última palabra sobre este tema. Al parecer aún hay cierto margen en las brumas de la historia de donde la bomba atómica nazi pudiera  levantarse de la tumba por lo menos una vez más.

Para conocer más/Fuentes:


5 comentarios:

  1. En el artículo "Ciencia y tecnología Nazi" mas sus ampliaciones en
    - http://vivimos-en-matrix.blogspot.com.es/ -
    podéis ver argumentos completamente originales respecto a este asunto que no se han expuesto en ninguna parte y que indican que la bomba de Hiroshima era alemana y que los americanos estaban lejos de conseguir tal artefacto.

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  2. ahi una movie q se llama escuadron de heroes donde la idea es esa que los aliados y rusos estavan lejos de producir una , pero en el 44 en la pelea ardenas el artefacto seria robado junto con el cientifico creador. al cual los rusos se quedan con las copias del artefacto aleman .. sera verdad ? no me sorprenderia q weritos y rusos ayan robado una idea alemana ellos estaban en la cima tegnologica en esos an(s

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    1. Interesante posibilidad...pronto estaremos publicando una nota sobre las experiencias del escritor y periodista Luigi Romersa, quien presenció pruebas de armas secretas alemanas a finales de la guerra.

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