King Tiger WSS

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domingo, 26 de septiembre de 2010

Historia alterna: Hitler y el petróleo del Medio Oriente

Hitler y sus generales
En 1945 el líder de la Alemania nazi se quitó la vida en un búnker subterráneo rodeado de los restos humeantes de su ciudad capital. Pero, ¿Cuan diferente hubiera sido la historia si Hitler hubiera hecho un bien pensado cambio de estrategia en 1941?; ¿Hubiera terminado la guerra con la victoria de las Potencias del Eje?; ¿Hubiera quedado América aislada al otro lado del mundo?

La realidad es que Adolf Hitler necesitaba petróleo. Para 1941 la máquina de guerra alemana - tanques, aviones, trasportes y camiones - pronto dejaría de ser efectiva sin una fuente de petróleo accesible y confiable. Hitler y sus aliados controlaban la mayor parte del continente de Europa, junto con ciertas áreas del Norte de África, pero desafortunadamente para el Fuhrer, el área de influencia de las Potencias del Eje adolecía de los recursos suficientes de petróleo para satisfacer sus necesidades. Este era un problema que Hitler necesitaba solucionar cuanto antes.
Ataque de una División Panzer 

En 1939 los alemanes habían firmado el pacto de no agresión con la Unión Soviética. Este documento tenía provisiones secretas que permitían la división de la mayor parte del este de Europa entre las dos potencias beligerantes. Para Hitler, el pacto alemán-soviético alivió su preocupación de tener que librar una guerra en su frente oriental a la vez que enfrentar a Inglaterra y Francia en el oeste. Para el líder soviético Stalin, el acuerdo significaba que podía a su vez concentrar toda su atención a un posible ataque a su flanco del este a manos de Japón, a la vez que reducía la posibilidad de un enfrentamiento entre el ejército rojo y la superioridad tecnológica-militar de Alemania por el momento.
Operación Barbarrosa
  
Para 1941, sin embargo, Hitler tenía la mayor parte de Europa occidental bajo su control. A pesar de que Hitler tenía: (a) acceso al petróleo de Rumania y (b) una cláusula a su favor en el pacto ruso-alemán mediante la cual los rusos habían acordado venderle petróleo, el Fuhrer sabía que estos suministros no eran suficientes para satisfacer el hambre creciente y la necesidad de combustible de la máquina de guerra alemana. Lo que el Fuhrer quería y ambicionaba eran los extensos campos de petróleo de la Unión Soviética ubicados en el Cáucaso. Por ello, en 1941 Hitler rechazó el pacto de no agresión y lanzó un ataque contra los rusos.
Operación Barbarrosa

Si bien es cierto que el deseo de petróleo no fue única razón de Hitler para iniciar una guerra contra Stalin, ya que existían otras consideraciones importantes tales como la oportunidad de expandir el imperio alemán hacia el este, no es menos cierto que la posibilidad de incautarse el petróleo ruso fue una motivación poderosa. Adicionalmente, Hitler creía que la Unión Soviética era débil debido a las purgas realizadas por Stalin al liderato del Ejército Rojo en la década de 1930. "No tenemos más que patear la puerta y toda la estructura podrida se vendrá abajo", comentó Hitler, de acuerdo con Albert Speer en su obra “Inside the Third Reich”.

A lo anterior hay que añadir que la batalla contra los rusos se luchó en el plano de las ideologías y la raza también: el fascismo contra el comunismo y la raza aria en contra de la raza eslava. Hitler, quien tenía una marcada tendencia a verlo todo en blanco y negro, expresó al respecto que el enfrentamiento sería una "guerra de aniquilación", en la que la Unión Soviética iba a ser destruida y las gentes de Europa del Este y Rusia o serían aniquilados o esclavizados.
21 Panzer División en Tunisia

El 22 de junio de 1941, el ejército alemán atacó a la Unión Soviética. Hitler esperaba que la Operación Barbarrosa fuera una corta que culminaría con la rendición de Stalin en menos de un mes. Hoy día sabemos que su juicio fue uno errado gravemente. La acción se prolongó hasta el final de la guerra en Europa en mayo de 1945 al costo de más de 5 millones de víctimas en el bando del Eje, más del 80% del total de las muertes del ejército alemán durante la guerra, y al precio de cerca de 20 millones de muertes en el bando soviético. El drenaje de recursos para el frente oriental fue tan grande que al presente se considera que fue una de las principales razones de la derrota de los nazis en la WW2. Al final serían las tropas soviéticas, no los británicos o los estadounidenses, quienes marcharían en la capital del Reich, Berlín, pocas horas después del suicidio de Hitler para evitar caer en manos rusas.

Aquí termina la historia según la conocemos en el siglo XXI. Ahora comienza la historia alterna. Es decir, en esta etapa bifurcamos la historia y nos adentramos al mundo de las infinitas posibilidades que ofrece la ficción histórica para efectos de este análisis.
General Rommell

¿Cuan distinta hubiera sido la historia si Hitler hubiera recorrido un camino diferente?; ¿Qué hubiera sucedido si se hubieran quedado al margen al menos por el momento las ideas expansionistas hacia el este y se hubieran concentrado los esfuerzos en obtener el petróleo que Alemania necesitaba para continuar la guerra en el Oriente Medio?

Al igual que en el presente, en el 1940 se sabía que algunos de los campos de petróleo más grandes del mundo se encuentran en Irán, Irak y Arabia Saudita. A partir de la primavera de 1941, estos se encontraban en manos aliadas. A partir de septiembre de 1940, sin embargo, Italia, bajo el dictador y aliado de Hitler Benito Mussolini, invadió el Egipto británico de Libia y atacó Grecia desde Albania. Las campañas de Mussolini no fueron un éxito total y Hitler se vio obligado a enviar tropas para ayudar a los italianos. No cabe duda de que esto pudo haber sido una molestia para Hitler en su momento. No obstante, la conquista de Grecia se pudo utilizar como un trampolín para nuevas iniciativas en el Oriente Medio. Si Hitler hubiera asignado el mismo número de divisiones que luego utilizó para invadir la Unión Soviética, o incluso un número menor, y hubiera avanzado hacia Siria o Turquía y luego hacia Irak, el ejército alemán pudo haber capturado los campos de petróleo del área con relativa facilidad.

Hoy día se especula que un plan similar pasó por la mente del Furher. De hecho, el 23 de mayo, en respuesta a un efímero golpe de estado del gobierno pro-británico en Irak, se emitió la Directiva del Furher número 30: un proyecto diseñado para apoyar el "Movimiento de la Libertad Árabe". Si se hubieran invertido mayores recursos en esta iniciativa es probable que la misma se convirtiera en una operación con el potencial de sustituir a Barbarrosa.

El historiador John Keegan, en su ensayo: “The Drive for the Middle East, 1941”, sugiere que para Hitler atacar a Irak vía Siria hubiera sido necesaria una estrategia de combate y conquista conocido como “island-hopping” que no era distinta a la utilizada más adelante en la guerra por los Estados Unidos contra Japón. Iniciada desde la isla italiana de Rodas, una exitosa invasión de Chipre hubiera colocado al ejército alemán en posición de asalto contra Siria con una fuerza anfibia. Con el ejército francés en Siria y el Líbano estimado en solamente 38.000 soldados sin equipo moderno o protección antiaérea, resulta fácil visualizar una victoria de las tropas alemanas bajo estas circunstancias.
Vehículos alemanes de
combate del desierto

La mayor dificultad con este plan hubiera sido la disponibilidad de buques y transportes marinos en suficiente número para mover las fuerzas de Hitler. La mayoría de los navíos adecuados se encontraban en el Mediterráneo Oriental y ya estaban en manos británicas.

Sin embargo, si este obstáculo se hubiera superado de alguna manera, el potencial de un ejército alemán abriéndose paso a través de la neutral Turquía hacia los los campos petroleros del Medio Oriente a través de Estambul hubiera sido muy positivo a los intereses del Eje. Interesantemente, Hitler sugirió interés en explorar este curso de acción en la Directiva del Furher número 32. En la misma se habló sobre el montaje de una fuerza en Bulgaria lo suficientemente poderosa para vencer cualquier resistencia de Turquía. Se contaba que la carencia de equipo militar moderno entre los turcos contrarrestaría su legendaria fortaleza como combatientes, por lo que no hubieran podido resistir un ataque nazi por mucho tiempo. Una vez conquistada Turquía, los ejércitos alemanes se hubieran encontrado al borde de los codiciados campos petroleros.
General Rommell

Inclusive, una estrategia como esta habría colocado a los alemanes en condiciones de atacar el Cáucaso y sus campos de petróleo desde el sur, de ser esa su intención. Un ataque desde esta posición habría eliminado gran parte del problema geográfico que obstaculizaba la Operación Barbarrosa desde el oeste. De hecho, todos los objetivos de la Operación Barbarrosa hubieran sido más fáciles de alcanzar si el ataque se hubiera pospuesto por un año hasta que Turquía estuviera asegurada debido a que el ejército alemán habría avanzado desde el sur y desde el oeste simultáneamente.

Otro factor que sugiere que un ataque alemán en el Medio Oriente en 1941 habría sido un éxito es la figura del Mariscal de Campo Erwin Rommell. Rommell y su 5ª División Liviana habían sido enviados a Libia a principios de 1941 para ayudar a los italianos, que acababan de experimentar una serie de pérdidas ante los británicos. Rommell, apodado "el Zorro del Desierto", venció a sus opositores en el Norte de África, a pesar de contar con recursos y tropas en menor número que los aliados y de adolecer de una cadena de suministros confiable. Rommell es generalmente reconocido por los historiadores como el mejor comandante del desierto de la WW2, pues era un líder agresivo que estaba dispuesto a correr riesgos ante la oportunidad de explotar la debilidad de un enemigo.
Montañas del Caucaso

Rommell se vio obstaculizado siempre, sin embargo, por falta de suministros y tropas. En 1942, por ejemplo, Rommell y su Afrika Korps logró despejar casi toda la resistencia aliada del Norte de África hasta llegar a Egipto, pero no pudo llegar más lejos debido a la falta de apoyo de Hitler.

Sólo podemos preguntarnos qué habría sucedido si Hitler hubiera invadido a través de Turquía o Siria en coordinación y suministrando el apoyo necesario a Rommell para que marchara a través de Egipto y Arabia Saudita hasta unirse a las tropas que avanzaban a través de Turquía. Con las fuerzas del Eje en esta posición es fácil imaginar un final muy diferente a la Segunda Guerra Mundial. Los alemanes bajo el comando de Rommell, pudieron haber tomado la mayor parte del Medio-Oriente y luego penetrar hasta la India. Si Japón hubiera reciprocado por el este, ambos ejércitos se habrían encontrado victoriosos en Asia bajo el  control de gran parte del continente. Bajo estas circunstancias, Gran Bretaña hubiera podido resistir por algún tiempo, pero parece probable que al final las Potencias del Eje hubieran controlado gran parte del mundo, ante la impotente mirada de los Estados Unidos aislados en el hemisferio occidental.
Campos petroleros del Cáucaso

Evidentemente, los Estados Unidos no hubieran podido derrotar a las potencias del Eje sin ayuda. Mucho hubiera dependido de la reacción de Rusia a estos acontecimientos, y mucho hubiera dependido del control de los impulsos de Hitler de atacar a la Unión Soviética a destiempo.

Afortunadamente para el resto del mundo, este escenario no se materializó. Pero no deja de ser interesante la especulación histórica sobre las posibilidades de un desenlace distinto como parte del cual el mundo pudiera ser un lugar muy diferente.    


Para conocer más/fuentes:

“The Drive for the Middle East, 1941”, John Keegan




sábado, 25 de septiembre de 2010

Personajes que hicieron historia: Rudolf Von Ribbentrop

Dossier: Rudolf Von Ribbentrop


Von Ribbentrop
El "Panzer Ace" Rudolf Von Ribbentrop nació el 10 de mayo de 1921 en Wiesbaden. Su padre era el Ministro del Exterior alemán Joachim Von Ribbentrop. Con el estallido de la WW2, Von Ribbentrop se alistó como recluta en el Batallón de Reemplazo de la "Deutschland" Standarten. Tras la invasión de Polonia, Von Ribbentrop fue trasladado a la Kompanie 11. Fue en esta companía que sirvió durante la campaña del oeste, recibiendo la Cruz de Hierro de Segunda Clase, y una promoción a Sturmman por su valentía al enfrentar al  enemigo. También recibió su primera herida; un fragmento de bala en su brazo derecho.
Foto familiar de Von Ribbentrop con su uniforme
de la Hitler Youth

Después de la conclusión con éxito de la campaña occidental, Von Ribbentrop fue enviado a la SS Junkerschule en Braunschwieg. Fue comisionado el 20 de abril de 1941 al rango de Untersturmfuhrer y se le dio el mando de un pelotón en la Kompanie 1 del Batallón de Reconocimiento Nord. Tras la invasión de Rusia, el SS Kampfgruppe Nord fue enviado a Finlandia donde el Untersturmfuhrer Von Ribbentrop se distinguió e impresionó a los finlandeses, por lo que fue galardonado con la Cruz de la Libertad de Finlandia de Cuarta Clase. El 2 de septiembre 1941 Von Ribbentrop fue herido una vez más, cuando una bala le fracturó un hueso del antebrazo izquierdo. Fue enviado a un hospital en Hohenlynchen donde permaneció hasta febrero de 1942. Después de una corta estadía en su hogar, fue reasignado al recién formado Regimiento Panzer Leibstandarte SS Adolf Hitler (LSSAH).
Von Ribbentrop
Inicialmente se desempeña como líder de pelotón en la Kompanie Kradsch Abietlung. Luego fue trasladado al Primer Pelotón de la Kompanie 3 como líder de pelotón también. Luego se desempeñó brevemente en el Estado Mayor del Regimiento como oficial de operaciones. Fue asignado a la 6 Kompanie, II. / Pnz.Regt 1, al mando del primer pelotón que entró en acción durante la retirada de Kharkov. Von Ribbentrop fue herido por tercera vez durante esta batalla, de un disparo en el omóplato derecho y el hombro izquierdo. También sufrió una herida menor en un pulmón. Después de negarse a ser evacuado debido a su condición médica, Von Ribbentrop estuvo recluido en un hospital de campaña, mientras que los rusos rodearon las posiciones del Kampfgruppe Meyer. En cinco días se decidió que el Kampfgruppe iba a tratar de romper el cerco por el sur, mientras que el Wesche I. Abeitlung simutaneamente intentaría romper el frente ruso en la misma dirección que el escape. Aunque Von Ribbentrop estaba herido, participó de la fuga en su vehículo Panzer IV, que en ese momento sólo tenía en operación su ametralladora. Wesche tuvo éxito en su intento de aliviar al asediado Kampfgruppe y durante la siguiente semana tuvo que hacer retroceder los continuos intentos de los rusos de destruir el Kampfgruppe Meyer. Durante las batallas posteriores, el comandante de la Kompanie 7 perdió la vida. Von Ribbentrop fue galardonado con la Cruz de Hierro de Primera Clase por su valor en estas batallas.
Von Ribbentrop

El 13 de marzo 1943 Ribbentrop tomó el mando de la 7 Kompanie y fue el comandante durante la reconquista de Kharkov. Tras la recaptura de Kharkov Von Ribbentrop fue colocado como oficial asistente del regimiento. Un mes más tarde se le confió la responsabilidad de entrenar a los  miembros de la Luftwaffe que fueron enviados a la LSSAH. El 15 de junio estaba de regreso en el comando de campo y fue nombrado comandante de la 6 Kompanie. Un mes más tarde fue galardonado con la Cruz de Caballero.
Insignia de la LSSAH

El 1 de agosto fue trasladado a la recién formada 12. SS Panzerdivision "Hitlerjugend" y fue encargado de administrar los adiestramientos a los oficiales. Cuatro meses más tarde fue nombrado Comandante de la 3 Kompanie, I. / Pnz.Regt 12. El 3 de junio de 1944, mientras regresaba a Le Neubourg tras un ejercicio de entrenamiento, su auto fue atacado por un Spitfire y Von Ribbentrop fue herido por cuarta vez, de nuevo en la espalda y el pulmón. Fue llevado al Hospital de Bernay y ya para el 9 de junio, estaba de nuevo al mando de su Kompanie. Hacia finales de julio, fue enviado de nuevo al Hospital de Bernay para recibir tratamiento médico. 
Von Ribbentrop

Durante las batallas defensivas en Normandía, Ribbentrop fue galardonado con la Cruz Alemana en Oro y la Medalla de Asalto Panzer “25". Tras la ruptura de la Falaise, Von Ribbentrop fue el ayudante del regimiento de Panzerregiment 12. Fue en esta capacidad que vio acción en la Batalla de las Ardenas.
Joachim Von Ribbentrop

El 20 de diciembre fue herido por quinta ocasión. Esta vez fue un fragmento de proyectil en la boca. Fue galardonado con la Insignia de Oro por la herida (Wound Badge), y poco después se le asignó el comando del I / Pnz. Regt 12. Fue su comandante hasta que el regimiento se rindió ante los americanos el 8 de mayo de 1945.

Su padre, Joachim Von Ribbentrop, fue acusado de crímenes contra la humanidad y fue ejecutado en Nuremberg. Rudolf Von Ribbentrop sobrevivió la guerra y continua vivo al momento de redactar este artículo.

Para conocer más/fuentes:

Panzer Aces: German Tank Commanders in World War II (Stackpole Military History Series) 


Héroes entre nosotros: General Alberto Nido

General Alberto A. Nido

General Nido
El General de Brigada Alberto A. Nido, quien nació el 1 de marzo de 1919 y falleció el 27 de octubre de 1991, fue un Oficial puertorriqueño de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Durante la Segunda Guerra Mundial Nido sirvió en la Real Fuerza Aérea Canadiense, la Real Fuerza Aérea Británica y en la Fuerza Aérea del Ejército de los Estados Unidos. También fue el co-fundador de la Guardia Nacional Aérea de Puerto Rico.

Nido nació y se crió en el pueblo de Arroyo, Puerto Rico. Allí recibió su educación primaria y secundaria. En 1938 se matriculó en la Universidad de Puerto Rico y estudió ingeniería mecánica en el Recinto Universitario de Mayagüez de dicha institución. Durante sus días como estudiante universitario, el joven desarrolló interés en ser un aviador de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Después de que obtuvo su título universitario, Nido viajó a la isla de Saint Thomás (Islas Vírgenes de los EU) con la intención de unirse a la Aviación Naval de Estados Unidos.
P 51 Mustang similar al del General Nido

A pesar de que aprobó el examen físico, se le negó la admisión en el programa de aviación a causa de un problema dental menor.

Según la opinión del inspector médico, el hecho de que Nido tenía un diente que había crecido por encima de otro hacía imposible que el aspirante a aviador piloteara en altitudes elevadas. En vista de esta situación, Nido viajó a Washington, DC, y trató de unirse a las fuerzas armadas allí. Después de pasar el examen físico, se le negó nuevamente la entrada por la misma razón. Nido, sin perder su motivación, viajó a Tulsa, Oklahoma, y se matriculó en la Escuela de Aviación de Sparton en 1941. Fue en esta institución que recibió su certificado de piloto.
Alas de la RAF

Después de graduarse, el joven Nido se desempeñó como instructor de aviación en la institución de donde se graduó como aviador. Para esa época, un Oficial de la Real Fuerza Aérea Canadiense (RCAF) que se encontraba en Tulsa en busca de reclutas le pidió a Nido unirse a ellos. Nido aceptó la oferta y en septiembre de 1941 recibió un telegrama de la oficina RCAF en Nueva York, solicitando su presencia en el Hotel Waldorf-Astoria. Nido viajó a Nueva York y el 7 de septiembre fue juramentado como miembro de la RCAF.  


Después de 3 meses de intenso entrenamiento en Canadá, Nido fue comisionado como oficial de vuelo y fue enviado a una base aérea en Quebec, donde sirvió como instructor de pilotos de los bombarderos y artilleros de la aviación canadiense. Nido regresó a su tierra natal, para pasar 15 días con su madre y tres hermanos, de nombre Rafael, Pedro y Tomás, que eran miembros de las Fuerzas Armadas. Durante su estancia en Arroyo conoció a su futura esposa, Alile Colón, quien era estudiante universitaria en el Colegio del Sagrado Corazón de la ciudad de Yabucoa.

El 24 de diciembre de 1942, Nido fue enviado a Londres, Inglaterra, y participó en el teatro europeo de la guerra como piloto de bombardero. Fue trasladado al Escuadrón 610 de la Real Fuerza Aérea británica y participó en diversas misiones de combate como piloto de un Supermarine Spitfire. En noviembre de 1943, Nido, ya ostentando el rango de capitán, estuvo entre los 10 pilotos del Escuadrón de Reconocimiento 67 que fueron enviados a la escuela de climatología de Zeals de la RAF bajo el comando del Coronel TS Moorman. Su unidad participó en 275 misiones. Más tarde, en 1943, Nido y otros 59 pilotos estadounidenses fueron transferidos a la Fuerza Aérea del Ejército de EU. Alberto fue asignado como piloto de combate de un P-51 Mustang. Nido bautizó a su P-51 con el nombre de "Alile" en honor a su amada quien lo esperaba en Puerto Rico.
Spitfire similar al del General Nido
Después de la guerra Nido continuó sirviendo en las Fuerzas Aéreas del Ejército y en 1947 pasó a formar parte de la recién creada Fuerza Aérea de Estados Unidos. El 23 de noviembre de 1947, la Guardia Nacional Aérea de Puerto Rico (PRANG) comenzó a existir como resultado de los esfuerzos liderados por el Coronel Alberto A. Nido, el Coronel Mihiel Gilormini, y el Teniente Coronel José Muñiz. Nido se desempeñó como comandante de la PRANG durante muchos años y fue asignado más tarde a la sede de la Guardia Nacional como Jefe de Estado Mayor del Aire.
Militares en el Campamento Santiago

En enero de 1966, Nido se acercó al General de División Winston P. Wilson, Jefe de la Oficina de la Guardia Nacional, para indagar sobre la posibilidad de construir una base de entrenamiento militar en Salinas, Puerto Rico, municipio situado en la costa sur de la isla. Dos días después de la reunión, el General de Brigada Salvador Roig aprobó un plan para este proyecto y se asignó al Capitán Gabriel I. Peñagaricano como responsable de la edificación del Campamento Santiago. Para la construcción se asignaron $10.000. El Comando de las Antillas del Ejército de los EU tuvo una participación activa en el proyecto.

Nido, quien también se desempeñó como comandante de la sección local de la "Orden Militar de las Guerras Mundiales", se retiró del ejército con el rango de General de Brigada en 1974.

El 27 de octubre de 1991, Nido murió en San Juan, Puerto Rico y fue enterrado con honores militares en el Cementerio Nacional de Puerto Rico, en el lote J 9.

El distinguido General Nido recibió las siguientes condecoraciones y reconocimientos:

Cruz de Vuelo Distinguido con cuatro racimos de hojas de roble
Medalla Aérea con cuatro racimos de hojas de roble
Medalla de la Campaña de América
Medalla de la Campaña de Europea del Este y África-Medio Oriente
Medalla de la Victoria de la Segunda Guerra Mundial
Medalla al Servicio de la Defensa Nacional
Alas de piloto de la RAF
Insignia de Piloto de la Fuerza Aérea del Ejército de los EU
Insignia de Piloto de la Fuerza Aérea de EU

Para conocer más/fuentes:

http://en.wikipedia.org/wiki/Alberto_A._Nido


sábado, 18 de septiembre de 2010

Operación Pastorius; El plan fallido de Hitler de atacar suelo americano

Hitler y Willy Messerschmitt
Aún antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, los estrategas nazis diseñaron una serie de planes detallados para atacar Nueva York y la Costa Este de los EU, ya fuera con súper misiles intercontinentales, pilotos suicidas kamikaze, bombarderos de largo alcance o agentes secretos. A pesar de que algunas de esas estrategias eran muy ambiciosas, afortunadamente todas fracasaron. Conozcamos las operaciones en detalle.

Al amanecer del 13 de junio de 1942, el capitán de submarino de la Kriegsmarine Hans-Heinz Lindner estaba perdiendo gradualmente la calma. Ese día, y en horas tempranas de la mañana, los primeros automóviles de ciudadanos norteamericanos comunes y corrientes ya estaban conduciendo a lo largo del río en la aldea de Amagansett, en Long Island, USA, mientras que el submarino U-202 estaba atascado en un banco de arena a menos de 200 metros de la costa. El coloso de acero gris estaba asentado en aguas poco profundas y era tan impotente como una ballena varada. En pocas horas, cualquier conductor de auto sería capaz de ver el submarino alemán que había salido del Atlántico.

Sabotadores alemanes 
Lindner, sin embargo, logró liberarse del banco de arena. Trabajando los motores a plena potencia, la tripulación del U-202 fue capaz de maniobrar el submarino al subir la marea, escapando a mar abierto. El U-202 se deslizó bajo las olas antes de que nadie lo viera. En sus entrañas, los tripulantes celebraron su proeza de última hora.

Sin embargo, el hecho de que este submarino asignado a operaciones en la Costa Este de los EU estuviera tan cerca de ser incautado y posiblemente atacado por personal militar y/o por la Guardia Costanera de los EU, fue solo el preludio de una de las más extrañas iniciativas bélicas de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. El incidente del U-202 fue la antesala de la infiltración de un grupo de saboteadores alemanes en suelo americano. El Tercer Reich había decidido golpear los Estados Unidos en su propio territorio y los estrategas alemanes planificaron ataques diseñados para intimidar a la bulliciosa metrópolis de Nueva York.
El blanco de Hitler: NY

Aunque los espías alemanes traídos a la costa enemiga por el U-202 como parte de la audaz ‘Operación Pastorius’ lograron infiltrarse en territorio americano, la ambiciosa misión resultó ser un fracaso espectacular, a pesar de los esfuerzos del ejército alemán para seleccionar y capacitar a los ocho miembros del equipo de terroristas.

Es un hecho que todos los hombres habían pasado tiempo en los Estados Unidos antes de la operación. No obstante, ninguno había tenido experiencia como integrante de un servicio de inteligencia. En abril de 1942, fueron enviados a Gut Quenzsee, una ciudad a 47 millas al oeste de Berlín, para tomar un curso intensivo de sabotaje. Durante 18 días, los expertos militares los adiestraron para utilizar explosivos, detonadores cronometrados, pistolas y granadas de mano. Para mantenerse en forma, practicaban Jiu-Jitsu. Luego, en junio, dos grupos de cuatro agentes secretos cada uno fueron infiltrados en las costas de la Florida y Long Island por el U-584 y por el U-202, respectivamente.
ME 264 Amerika Bomber 

Estos equipos de saboteadores habían sido enviados a América para hacer estallar puentes de ferrocarril, centrales eléctricas y túneles; para paralizar las instalaciones industriales vitales del esfuerzo bélico estadounidense y para desmoralizar a la población civil. Los planes y objetivos de estos 8 saboteadores eran atrevidos y audaces. No obstante, el plan resultó ser un dolor de cabeza para el alto mando alemán, ya que los agentes alemanes fueron descubiertos después de sólo dos días en territorio norteamericano, lo que motivó al FBI a lanzar su mayor cacería humana hasta esa fecha.

La responsabilidad principal del desastre de espionaje recayó en Georg John Dasch de 39 años, líder del grupo infiltrado en Long Island. De entrada, Georg estuvo cerca de ahogarse mientras trataba de llegar a tierra con una balsa inflable. Casi de inmediato, fue descubierto entre las dunas costeras del área por un miembro de la Guardia Costera de 21 años de edad, de nombre John Cullen. Ante Cullen, un empapado Dasch pretendió ser un pescador. Luego, agarró a Cullen por el cuello, lo amenazó y finalmente trató de comprar su silencio entregándole 260 dólares en la mano. A cambio, Cullen se suponía que olvidara los cuatro hombres que había visto en la playa.
Misil V-2

Por supuesto, el guardacostas no hizo nada por el estilo. De inmediato informó a sus compañeros, los cuales  desenterraron cuatro cajas de explosivos y algunos uniformes alemanes que habían sido enterrados apresuradamente en la arena mojada. El FBI fue alertado también y se inició una intensa búsqueda de los cuatro desconocidos.

Los cuatro saboteadores tomaron un tren a Nueva York, donde se registraron en un hotel. Poco después, Dasch viajó a Washington, DC, donde se entregó a las autoridades el 19 de junio. Para demostrar que era un espía, Dasch mostró a los agentes del FBI los papeles en los que había escrito sus objetivos con tinta invisible. Durante el interrogatorio al cual fue sometido, el agente de la policía lo describió como ‘neurótico’. Dasch divulgó hasta el último detalle de la ‘Operación Pastorius’ a los estadounidenses. Utilizando la información recopilada, los agentes del FBI capturaron a los tres espías refugiados en el hotel de Nueva York, así como los cuatro saboteadores alemanes que habían desembarcado en Florida.

El 8 de agosto de 1942, las cortas carreras de seis espías alemanes llegaron a su fin en la silla eléctrica de la cárcel del Distrito de Columbia. Las sentencias de los otros dos, Dasch y Ernst Peter Burger, fueron conmutadas por el Presidente Franklin D. Roosevelt a 30 años de encarcelamiento y prisión perpetua, respectivamente.
Construcción de un V-2

En Alemania, a pesar del fracaso de la misión de sabotaje, Hitler seguía obsesionado con la idea de ver a Nueva York en llamas. En su opinión, su rival poderoso en el otro lado del Atlántico tenía que ser forzado a salir de la guerra mediante varios ataques bien planificados en el frente interno. Como luego recordó el arquitecto favorito de Hitler, Albert Speer, en su ‘Diario de Spandau', el Fuhrer sentía  gran placer al ver películas en la Cancillería del Reich de los incendios de Londres, los barcos incendiados en los convoys del Atlántico y el mar de fuego que arropó a Varsovia. Es decir, Hitler estaba intoxicado con la idea de la caída de las torres de Nueva York en llamas.

Dado el entusiasmo de Hitler en atacar Nueva York, no es ninguna sorpresa que los estrategas nazis desarrollaran varios planes para esos fines, algunos de los cuales incluso surgieron antes de la guerra. En 1937, por ejemplo, durante una visita a las fábricas de la Compañía de aviones Messerschmitt en la sureña ciudad alemana de Augsburgo, a Hitler se le presentó el prototipo de un bombardero de largo alcance de cuatro motores, el Messerschmitt Me 264, diseñando para alcanzar la Costa Este de América desde Europa.

Hitler estaba encantado con la idea del ‘Bombardero Amerika’, cuya carga explosiva podría reducir a cenizas y escombros las ciudades de EU. Pero lo que no sabía el Fuhrer era que el Me 264 de Willy Messerschmitt en realidad era un prototipo que no era capaz de volar aun, cuyo propósito era ganar un lucrativo contrato con el gobierno. Por ello, nadie podía afirmar realmente cuando la aeronave estaría lista para entrar en servicio.
Diagrama de un V-2

Cuando Alemania comenzó a enfrentar seriamente la posibilidad de perder la guerra, los nazis cifraron sus esperanzas en el desarrollo de las llamadas ‘armas milagrosas’. El centro de investigación científica del ejército en Peenemünde, pueblo ubicado en la isla báltica de Usedom, era una de las más importantes facilidades para lograr materializar tales ideas. El mismo centro que había producido el primer misil V-2 en 1942 se suponía que produciría un misil mucho más poderoso denominado ‘Amerika Rocket’ durante los últimos meses de la guerra.

El cohete A-9/A-10 fue concebido y diseñado como un gigante de 25 metros de largo, aproximadamente 10 metros más largo que el V-2. De un peso de casi 100 toneladas, fue diseñado para subir a una altitud de 15 millas antes de iniciar su vuelo trasatlántico hacia los Estados Unidos. Otro grupo de investigación tenía como objetivo habilitar una cabina para que un piloto dirigiera el cohete hasta su blanco, saliendo expulsado justo antes de alcanzar su objetivo, lo que representaba prácticamente una misión suicida.
Dr. Von Braun, artífice del V-2, y Kennedy

En el ámbito teórico al menos, el ingenio destructivo de los ingenieros, científicos y técnicos alemanes no tenía límites. Ellos acariciaron la idea de equipar submarinos como plataformas flotantes que sirvieran para lanzar una versión modificada de los cohetes V-2 hacia la Costa Este de los EU. Una vez en posición, los contenedores de los V-2 iban a ser inundados de forma tal que los cohetes apuntaran hacia arriba, listos para el lanzamiento. Estos navíos hubieran sido los primeros submarinos capaces de catapultar misiles balísticos contra blancos ubicados en tierra desde el mar, adelantándose por décadas a los navíos equivalentes de los EU y la Unión Soviética.  

Desafortunadamente, no es un misterio que el desarrollo de algunas tecnologías militares nazis sólo fue posible mediante el empleo brutal del trabajo forzoso entre prisioneros. Los trabajadores murieron por millares en las instalaciones de producción y en las fábricas subterráneas secretas.
El Fuhrer observando un bombardeo

Al final, ninguno de los planes de ataque contra la Costa Este de los EU mediante la utilización de potentes y sofisticados armamentos se pudo implementar. A pesar de que en diciembre de 1941, la revista estadounidense Life publicó un bosquejo de la Gran Manzana como blanco de los aviones nazis, esta posibilidad no se materializó. De igual manera, en 1944 la misma publicación citó al alcalde de Nueva York Fiorello La Guardia, reconociendo la posibilidad de que NY fuera objeto de un ataque con misiles alemanes. Al final, ni el ‘Amerika Bomber’, ni los misiles de largo alcance aparecieron en el horizonte de Nueva York.

La realidad es que más que todo, las persistentes incursiones aliadas de bombardeo sobre las fábricas y complejos industriales alemanes retrasaron el desarrollo de la tecnología que permitiría un ataque transatlántico contra América. La escasez de materiales, la falta de tiempo y la gran cantidad de proyectos de ingeniería paralelos en etapa de desarrollo conspiraron para evitar la consumación del sueño de Hitler de ver a América en llamas.

Fuentes/Para conocer más: