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Reseña literaria: Puerto Rico el Gibraltar del Caribe, del Dr. Gerardo M. Piñero Cádiz

Portada del libro
El excelente libro titulado: ‘Puerto Rico, El Gibraltar del Caribe’ del Dr. Gerardo M. Piñero Cádiz es lectura obligada no solo para todo aquel que desee conocer la historia de la Base Roosevelt Roads, sino para el que quiera investigar una página histórica poco conocida, como parte de la cual la isla sirvió de plataforma para la defensa de la zona caribeña durante la Segunda Guerra Mundial.

La obra es producto de diez años de estudio e investigación de parte del Dr. Piñero Cádiz, quien utiliza una técnica de narración que mantiene al lector atado al texto, y deseando leer más.

Lo cierto es que en términos generales, este libro nos educa a la vez que nos entretiene, con datos históricos inéditos que abren una ventana a un Puerto Rico distinto, ubicado en un mundo hostíl al borde del abismo.

Desde temprano en la lectura nos percatamos de que los Estados Unidos estaban muy conscientes de la amenaza alemana en el Caribe, razón por la cual Puerto Rico se convierte en una pieza crucial de la defensa de la zona, particularmente en la guerra submarina.
Propaganda canadiense del 1942

De hecho, el autor nos relata que tan temprano como en el 1898 Alemania había elaborado planes bélicos contra los EU en los que ya se exploraba la posibilidad de invadir a Puerto Rico. Uno de los planes se titulaba ‘Stutzpunkt’ y consistía en invadir la costa este de Nueva York al mismo tiempo que era bloqueada la sonda de Long Island. Otra ruta invasora, denominada ‘Perteriko’ contemplaba la ocupación de Puerto Rico para desde allí dirigir operaciones militares contra los EU continentales, en particular contra Newport y Hampton Roads en Virginia.

Más aún, el almirantazgo alemán estimaba en mayo de 1903 que para realizar un ataque e invasión a Puerto Rico y Culebra se necesitaría una fuerza combinada de 12,000 hombres, 3,700 caballos y 671 vehículos mecanizados para enfrentarse a los 6,600 tropas con que contaban los EU en la isla. Estos datos suministrados por el autor nos obligan a especular que si la historia hubiera sido diferente, hoy día estuvieramos hablando alemán en PR.

El autor muy habilmente provee datos sobre la importancia del Caribe en los planes bélicos de los Nazis. De hecho, cabe significar que el mayor proveedor de petroleo crudo de Alemania Nazi antes de la guerra era el Caribe, pues Hitler aumentó en el 1938 las importaciones de crudo caribeñas cuatro véces.
U-106

Otra interesante información que se desprende del libro nos revela que en el 1942 los EU instalaron estaciones de radar para detectar los U-Boats alemanes en Cayey, El Yunque, Aguadilla y Guayama. Cada estación contaba con un personal de 50 hombres para su operación y estaban bajo el control del Signal Corps del Cuerpo Aéreo del Ejército.

Interesantísimo es el relato sobre el buque inglés Jumna, que llevaba una carga de sacos para las centrales azucareras de la isla, y tuvo un encuentro muy cercano con un submarino alemán al norte de Isabela, y el ataque y hundimiento de ocho cargueros repletos de material para construcción en ruta hacia PR que provocaron costosos atrasos en los proyectos militares de San Juan y Ceiba.
USS Erie en el Caribe

Inclusive, el Capítulo V nos relata que en el 1942 la crísis de la guerra submarina alcanzó un nivel tal que en PR no hubo arroz, habichuelas y bacalao por seis semanas, lo que indica que el problema de dependencia de los EU y la ausencia de una agricultura alimentaria en la isla no es uno reciente.

En las postrimerias del libro, se integran emocionantes relatos de la guerra submarina en las cercanías de la isla, incluyendo el testimonio de una norteamericana de Chicago que presenció desde la costa de San Juan un ataque aéreo a un U-Boat alemán.

En síntesis, el libro es un recurso invaluable para todo aquel que desee conocer las condiciones de la Isla durante esos terribles años de crisis e incertidumbre. La obra del Dr. Piñero Cádiz despeja toda duda de la importancia de Puerto Rico en la defensa del Caribe y destruye la noción de que la isla fue una mera expectadora de tan importantes eventos.